domingo, 21 de octubre de 2012

"George Miller. Anatomía de un cineasta" en Scifiworld núm. 55.

Hoy se pone a la venta el número 55 de la revista Scifiworld, en el que podréis encontrar un detallado estudio del cine de George Miller escrito por mí. He aquí algunos extractos:

Mad Max:

"Se ha hablado mucho sobre Mad Max: su tono postapocalíptico, su tratamiento de la violencia… En determinados aspectos, el film bebe del “western”: Max es un solitario representante de la ley (o de lo que queda de ella) que debe enfrentarse al pillaje y la violencia de una banda. Se suceden varias imágenes que evocan ese género, como la del pueblo asolado por los moteros, aquella en la que estos asaltan un camión cisterna cual diligencia… Y llama la atención la relevancia de los escenarios naturales (el cielo cargado, las nubes, las carreteras sin fin…), que también podrían retrotraernos a tantos títulos del cine del Oeste..."

Mad Max 2:

"Todo inicia con un “montage” de imágenes en blanco y negro de pozos petrolíferos, protestas, guerra y destrucción (que anticipan las explicaciones que abren la interesante serie en torno a la crisis constitucional australiana de 1975, The Dismissal, parcialmente producida, escrita y dirigida por Miller) que enlaza con planos del primer Mad Max. A partir de ahí, esta segunda entrega discurre como un western o, si se quiere, como una película de aventuras (las ballestas y arcos, el asedio al “castillo”, las armaduras de los antagonistas…): el héroe, un tipo solitario que no habla de su pasado (la verdad es que en general no habla mucho), llega a un “poblado” asediado que necesita su ayuda. La mirada vuelve a revelarse como un tema medular..."

Mad Max. Más allá de la cúpula del trueno:

"Mad Max, más allá de la cúpula del trueno cuenta con una espectacular partitura de Maurice Jarre: es inevitable que ante una aventura que en gran medida discurre en el desierto y musicada por Jarre nos acordemos de Lawrence de Arabia; en todo caso, llama la atención la complejidad de una banda sonora dinámica, variada y con algunos que otro apunte atrevido. Jarre se sirve de una gran orquesta, coros,  ondas de Martenot, un didgeridoo (instrumento de viento típico de los aborígenes australianos), músicos de rock, un saxofonista, yunques… Además de alguna melodía que parece beber de Ravel, sobresale el espectacular tema relacionado con la cúpula del trueno (que originalmente iba a abrir el film), mientras que a Max le acompaña un motivo sorprendentemente optimista y a los niños un fluido tema dominado por la cuerda. En cuanto a la presencia de Tina Turner, todavía hoy no sé si me convence. Eso sí, “We Don’t Need Another Hero” supone una excelente canción para cerrar esta trilogía..."

En los límites de la realidad:

 "Si la opción elegida para analizar el notable segmento de Miller es el de compararlo con el de la serie original, muchos pueden aprovechar la ocasión para corroborar la perspectiva del cine de Hollywood de los 80 como un canto al exceso: ciertamente, el capítulo de Richard Donner hacía gala de las mejores características de The Twlight Zone, tales como la manera de (des)dibujar esa “zona” entre lo real y lo fantástico, que motivaba la duda en el espectador sobre lo que acontecía mediante dispositivos basados en la importancia de los personajes, la dirección de actores, la concreción narrativa y el manejo del punto de vista; mientras, en comparación, el fragmento de Miller se serviría de un “exceso” en la interpretación del protagonista, en los efectos especiales y en el decorado. Desde luego, no supone ningún “abuso” alejarse de la imagen del traje de “oso panda” (en palabras del propio Matheson) que portaba el monstruo del capítulo original, por otro lado un pormenor poco problemático para disfrutar de aquel..."

Las brujas de Eastwick:

  "En principio, Las brujas de Eastwick era una pequeña comedia negra sobre la lucha de sexos, sin tantos efectos especiales. John Peters intentó, continuamente, influir en el proceso creativo: contrató a Ron Bass para una reescritura del guión, que Miller rechazó de pleno, y  presionó para que se introdujesen más efectos (según Miller, sobre todo a raíz del triunfante estreno de Aliens, mientras rodaban). Los productores incluso quisieron sustituir a Miller, ante lo que Nicholson advirtió que si el director se iba, él también lo haría..."